Mónsul es una playa de 400 metros de longitud cercada por formaciones rocosas de origen volcánico en sus laterales y por una inmensa duna de fina arena a su espalda. La playa está orientada hacia el sur y el desnivel de entrada al agua es muy progresivo, lo que la hace ideal para niños. El agua es transparente y al tener poca profundidad se nota calentita. Es muy recomendable llevarse gafas de buceo para practicar snorkel y ver los peces que nos rodean. La arena es fina y dorada, muy gustosa y agradable, aunque es difícil sacártela de encima cuando te vas a subir al coche. Aconsejamos proteger los aparatos electrónicos como teléfonos y cámaras por esta arenilla se mete en todas partes.

La gran Duna de Mónsul es una visita casi obligada para los bañistas pues desde arriba se tiene una vista espléndida de la playa y del paisaje que la rodea, campos y montañas sin ningún vestigio de construcciones, ni cables eléctricos. Si decidís subirla, sobre todo en verano, no os olvidéis las chancletas, la arena quema mucho y a media cuesta ya nos arderán los pies.